Despertar Colectivo

Alguna vez hemos tenido la genial idea de preguntarnos qué mierda tenemos que hacer para cambiar éste mundo tan lleno de turbiedad que nos entregaron los más viejos, esos que en su momento no se atrevieron a hacer nada y sucumbieron a la comodidad de dejar que el tiempo pasara. Que hoy bajo cierto prisma algo alarmista podamos ver un mundo cuasi distópico no es casual, y esa es una de las razones por las cuales ésta pequeña olla a presión que es nuestra sociedad, está por reventar.

En realidad lo que hoy más nos compete es dilucidar de una vez por todas, cual será el rol que tomaremos los estudiantes en un eventual despertar social, que tantos atisbos ha dado, especialmente en éste año tan convulsionado, por las diversas manifestaciones que lo han caracterizado. El clima que se palpa es de una obvia ingobernabilidad, en parte por que el vaso está por rebalsarse, y parte también por que los payasos de turno en el palacio no han sabido manejar el curso de la dinámica social. En éste contexto, sin pretendernos cientistas sociales ni mucho menos, si nos queda a lo menos dar por sentado que, nuestra responsabilidad, tanto como estudiantes, como ciudadanos, y como integrantes de la federación, es establecer de forma permanente puentes que nos permitan vincularnos con la sociedad, y canalizar desde su articulación. Éste año en más de una ocasión dimos cuenta que era posible, pero para realmente lograr llegar a nuestros objetivos es preciso instaurar, un aparato, sin burocracia, que a su vez permita abrir nuestros espacios, como parte de nuestra extensión, y formular desde nuestra universidad y todas las demás entidades públicas, las políticas públicas que deben guiar a la sociedad. Nuevamente el empoderamiento es la clave, dejar de sobre validar lo existente, dejar de creer en instituciones tipo vaca-sagradas, y comenzar a imponer nuestros términos, e ingeniárnosla para que así sea. Incluso si hay que crear una "sociedad en paralelo" para que ello se haga, sin permitir nunca más que los procesos se vendan y se negocien a nuestras espaldas en una institucionalidad que no nos resulte válida. Perdamos el miedo, ocupemos nuestros espacios, y abramos nuestros muros, para que desde la sociedad, con la sociedad, y mediante nuestras manos y conocimientos, logremos crear un país, y un mundo mejor, y así no tengamos nunca más que dar explicaciones a los que vengan después de nosotros. 

Lista A.

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